viernes, 30 de octubre de 2009

CREDO DEL OPTIMISTA



Prométete a ti mismo: Ser tan fuerte que nada pueda turbar tu paz mental.

Hablar solo de salud, felicidad y prosperidad a toda persona que conozcas.
Hacer que todos tus amigos sientan que hay algo de valor dentro de ellos.
Mirar el lado bueno de todas las cosas y hacer que este optimismo se haga verdadero.
Sentirse tan entusiasta con el éxito de los demás como con el nuestro.
Olvidar los errores y penas del pasado y aferrarse a los grandes logros que alcanzaremos en el futuro.
Brindarle a cada criatura viviente que hallemos a nuestro paso una sonrisa.
Sentirnos demasiado fuerte para preocuparnos, demasiado nobles para encolerizarnos, demasiado seguros para temer y demasiado contentos para
pensar en dificultades.

jueves, 29 de octubre de 2009

20 Paradojas Celebres..

1. Paradoja de los Sentimientos (y la Lógica): "El corazón tiene razones que la razón no entiende" (Pascal).


2. Paradoja de la Ceguera: "Lo esencial es invisible a los ojos. Sólo se ve con el corazón" (El Principito).


3. Paradoja de la Improvisación: "La mejor improvisación es la adecuadamente preparada".


4. Paradoja de la Cultura: "La televisión es una fuente de cultura,
 cada vez que alguien la enciende me voy a la habitación de al lado a leer un libro" (Groucho Marx).


5. Paradoja de la Ayuda: "Si deseas que alguien te haga un trabajo pídeselo a quien esté ocupado,
el que está sin hacer nada te dirá que no tiene tiempo".


6. Paradoja del Dinero: "Era un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre, que lo único que tenía era dinero".


7. Paradoja del Tiempo: "Vete despacio que tengo prisa".


8. Paradoja de la Tecnología: "La tecnología nos acerca a los más lejanos
y nos distancia de los más próximos" (Michele Norsa).


9. Paradoja del Sentido: "No llega antes el que va más rápido sino el que sabe dónde va" (Séneca).


10. Paradoja de la Felicidad: "Mientras que objetivamente estamos mejor que nunca subjetivamente nos encontramos profundamente insatisfechos" (José Antonio Marina).


11. Paradoja de la Sabiduría: "Quien sabe mucho escucha quien sabe poco habla.
Quien sabe mucho pregunta, quien sabe poco sentencia".


12. Paradoja de la Generosidad: "Cuanto más damos, más recibimos".


13. Paradoja del Conocimiento: "El hombre busca respuestas y encuentra preguntas".


14. Paradoja del Humor: "La risa es una cosa demasiado seria" (Groucho Marx )


15. Paradoja de lo Cotidiano: "Lo más pequeño es lo más grande"


16. Paradoja del Silencio: "El silencio es el grito más fuerte" (Shopenhauer).


17. Paradoja del Expertise: "No hay nada peor que un experto para evitar el progreso en un campo".


18. Paradoja de la Riqueza: "No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita".


19. Paradoja del Cariño: "Quien te quiere te hará sufrir".


20. Paradoja del Disfrute: "Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta
y gozamos poco de lo mucho que tenemos" (Shakespeare).

ORACIÓN DE UN NIÑO



“Señor, está noche te pido algo especial: que me conviertas en televisor. Quiero ocupar su lugar, para poder vivir lo que él vive en mi casa.
Tener un lugar especial para mí y reunir a todos los miembros de la familia a mí alrededor.
Ser el centro de atención al que todos quieren escuchar, sin ser interrumpido ni cuestionado.
Que me tengan en cuenta cuando hablo y crean todo lo que digo.
Sentir un cuidado esmerado e inmediato cuando algo en mi no vaya bien.
Tener la compañía de mi papá cuando llega a casa aunque venga cansado del trabajo.
Que mi mamá me busque cuando esté sola y aburrida en lugar de ignorarme.
Que mis hermanos se peleen para estar conmigo y divertirlos a todos aunque a veces no les diga nada.
Vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar algunos momentos a mi lado.
Señor, no te pido mucho.
Todo esto es lo que recibe un simple televisor, pero no yo”

Te deseo primero que ames...

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la media exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, hay por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro. Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otro. Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. TE deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. TE deseo que acaricies un gato, alimente a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esa manera, sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol. Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas; “Esto es mío”, sólo para que quede claro quien es el dueño de quien. TE deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.
VÍCTOR HUGO